Todos en algún momento hemos odio hablar de la inteligencia emocional o de la educación emocional. Para poder comenzar hablar de la importancia que esta tiene en las edades tempranas, vamos a pasar a definir la. Por qué, ¿qué es la educación emocional?
La educación emocional es aquella habilidad de gran importancia y vital en las personas. Se trata de desarrollar las diferentes habilidades emocionales y poder adquirir nuevas competencias que resultan fundamentales para el crecimiento personal y de la felicidad de un individuo. Es por ello, de vital importancia que la educación emocional debe de empezar en edades tempranas.
Uno de los objetivos de la educación emocional es enseñar a los niños y niñas a controlar y a gestionar sus emociones. Cuando trabajamos las emociones conseguimos que los niños/as acaben siendo personas mas motivadas y eso les ayuda positivamente en su desarrollo intelectual y personal.
¿CÓMO TRABAJAR LA EDUCACIÓN EMOCIONAL EN EL AULA?
La inteligencia emocional no es una característica innata en los niños y niñas, por ello se consigue a través de las diferentes relaciones y vivencias de cada uno. De ahí, la importancia de que tanto padres como profesores, les demos las herramientas adecuadas para su desarrollo emocional.
Podemos trabajar la educación emocional a través de:
- Realizar actividades de relajación que permitan entrar en un estado de calma y poder eliminar todo el estrés acumulado durante horas.
- Actividades enfocadas para trabajar la conciencia corporal y compararlas con las emociones. Un claro ejemplo, es el hecho de sentir las mariposas en el estómago, en ese aspecto los alumnos/as toman conciencia de la relación que existen entre el cuerpo y las emociones de cada uno/a.
- Invitar a los alumnos a expresar siempres sus emociones. Que sepan reconocer las suyas y la de los demás.
- Realizar actividades como por ejemplo el dibujo, y ver cómo identifican las emociones los alumnos/as a través de la pintura.